que tus muertos te reclaman
a gritos
los redimirás a sangre y fuego
quemaras esos castillos
estropajosos

cuidan con celo enfermizo
por la calle correera
una cierta esperanza
cuando de mano en mano
de boca en boca
vayan y vengan
voces
caricias
humor destapado
que nace a la sombra
de los árboles
aquí y allá
volverán a cantar
con los brazos
piernas
sexo
todo el cuerpo
entonces
ni una palabra rota los detendrá