Dedicatorias

A mis padres, Oscar y Maria. Por lo que fueron
A mi esposa, Emilce. Por lo que es
A mis hijos, Emilio y Julia. Por lo que son y seran

tribulación


El vértigo llega con la plena tarde
las manos se amansan

es impropio el sonido de mi carne me hace daño
un inmenso daño por lo injusto

no siempre puedo hacerme cargo de lo oscuro ni siquiera con mi práctica por lo rutilante
solo por costumbre doy por sentado que el siguiente paso es el siguiente paso

y así se me pasa el día